La residencia de los Min estaba de manteles largos. Min Yoongi se había convertido en un actor consagrado y famoso, mucho más de lo que era y no sólo eso, ahora debutaba como director de su propia compañía de entretenimiento junto con su hermana, la también actriz y cantante Jieun, más conocida como IU.

Habían invitado a los benefactores de su empresa de entretenimiento de Seúl, los Jeon y los Park, todos estaban degustando de una comida en el jardín, bajo sombrillas enormes que los protegían de los rayos del sol.

—¿Entonces la próxima semana, llegarán a Seúl para estrenar su empresa?

—Así es Jimin, será una oportunidad para llevar a Eunwoo a visitar y conocer Corea, también para que visite la tumba de mis padres y por supuesto que conozca a la abuela Misook.

—Pues iremos con ustedes, tenemos mucho tiempo sin descanso, y yo necesito respirar un poco de aire puro.

—Imagino que atender a tus hijos, a Jungkook, la escuela y tu negocio, no es tarea fácil.

—¿Y qué me dices tú? Ser el esposo del famoso actor de Australia, atender a tu hijo y haber comenzado tu especialidad de pediatría, sí que es estresante.

Los dos amigos rieron moviendo el asador, pues ellos mismos preparaban la comida.

—La receta de ese pastel de carne le encantó a Yoongi y a Eunwoo.

—Me alegro.

—Y... por curiosidad, ¿qué es lo que pasó con Yeji y Minhyun? Jungwon no me dio muchas explicaciones.

—Pues Jungkook tampoco me las dio a mí por más que se lo pedí, me dijo que era mejor no meterse con ese par, aunque hayan cambiado.

—¿Cómo fue eso?

—Pues verás, ellos regresaron apenas hace dos meses, mucho tiempo después de que la abuela Misook había estipulado, llegaron tranquilos, humildes y serviciales. Minhyun regresó a la facultad de Economía a comenzar sus estudios desde el principio, aunque no es muy buen estudiante, se ha aplicado, y al parecer ya no comete trampas ni fechorías, Jungkook piensa que posiblemente su padre ahora sí lo acepte en sus negocios.

—¿Y Yeji?

—Regresó casada.

—¿Qué?

—Sí, con un hombre sencillo, tiene buena posición económica, pero no es millonario. Ella está dedicada a los labores del hogar, porque su marido no permite servidumbre si ella lo puede hacer.

—¡No te creo!

—Te lo juro.

Los dos amigos estaban muy concentrados en el chisme, cuando...

—¡Ahhh!

—¿Quién gritó?

—Es la voz de Jungkook.

Las dos corrieron hacia donde se escuchó el grito junto con los demás invitados, Jungkook sostenía a su hija entre sus brazos con cara de espantado.

—¡Jungkook! ¿Qué sucedió? —preguntó angustiado Jimin—. ¿Le pasa algo a Jisoo?

—¡Ese monstruo... la tocó! —dijo Yeonjun al lado de Jungkook.

—¿Cuál monstruo? —preguntó Taehyung observando a su alrededor.

—¡Ese de ahí! —dijo Jungkook señalando a un pequeño pelinegro.

—¿Mi hijo? —intervino Yoongi—. ¿Están llamando monstruo a mi hijo?

—Jungkook, Yeonjun explíquense, ¿qué hizo Eunwoo para que te pusieras así? —le exigió Jimin.

—Pasó algo horrible papá.

—¿Qué pasó, hijo? —Jimin se comenzó a preocupar.

—¡Él... la besó... en los labios! ¡Besó a mi princesa!

—Para que veas lo que se siente —le respondió el señor Park que le dio una mordida a su elote asado y se retiró con su esposa al ver que no había pasado nada trágico, a lo lejos se le oyó carcajearse y todos lo imitaron.

—Jungkook, amor, creo que exageras, los niños han de haber estado jugando solamente.

—Pues yo no le veo lo gracioso.

—Eso demuestra que la sangre Min siempre será de conquistadores —dijo Yoongi entre risas.

—¡Imbécil!

—¡Idiota!

—¡Hay niños presentes! —intervino Taehyung.

—Pues que se aleje tu hijo de mi princesa.

—Sólo tiene cinco años.

—Vamos Jungkook —le dijo Jimin tomando a su hija en brazos y depositándola en el césped—. Corazón, ve a jugar con Eunwoo.

La niña risueña fue al encuentro del niño y los dos se fueron tomados de la mano.

—Yeonjun, ve y cuida a tu hermana de que ese monstruo no le dé un beso.

—Si papá.

Yeonjun, obedeció cuidando a su pequeña hermana y a su primo.

—Mi niña, mi pequeña, mi princesa —lloriqueaba Jungkook al ver alejarse a los niños.

—Jungkook, yo entiendo que seas dramático, pero le estás pegando tus dramas a nuestro hijo.

—Yeonjun tiene que defender a su hermana cuando... cuando ya no esté aquí.

—Amor no hagas dramas.

—¿Dramas? Casi me da un infarto cuando vi a mi princesa siendo besada por ese niño.

—Mi buen amigo Jungkook —le dijo Yoongi tocándole el hombro consoladoramente—. Es posible que terminemos siendo consuegros, ¡resígnate!

—Muy gracioso, Min.

—Vamos amor —lo consoló Jimin abrazándolo—. Jisoo solo tiene tres años y medio, falta mucho para que se fije en chicos.

—¿Estás seguro?

—Seguro. ¡Bien! Aquí se acabó el drama.¡Vamos a comer!

—Como siempre Jungkook, tu marido siempre la última palabra.

—No me digas, Min. ¿Y quién anduvo regando las plantas, antes de que llegáramos? ¿Orden de algún rubio mandón?

—Mejor vamos a comer.

Y así las jóvenes parejas continuaron con sus vidas, con las altas y bajas que conlleva vivir en matrimonio, pero siempre tratando de ser feliz.

—Definitivamente soy muy feliz, gracias por darme tanta felicidad, mi amor —le dijo Jungkook a Jimin besando su frente y abrazándolo.